viernes, 25 de octubre de 2019

Dietas bajas en carbohidratos y altas en grasa en deportes de resistencia: un repaso a la evidencia

No es sencillo informarse sobre las dietas bajas en carbohidratos y no perderse en un montón de anécdotas o peor, encontrarte en medio de una pelea de Twitter. Hay pocos temas en el mundo de la nutrición que causen tanto revuelo.

Mi interés personal en las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasa (LCHF) se debe a su aplicación en deportes de resistencia.

Sería un sueño hecho realidad el poder utilizar las más de 100.000 kcal de grasa que están almacenadas en nuestro cuerpo. Pero como casi con todo lo relacionado con la nutrición, no es tan simple como nos gustaría.

Antes de que examinemos la evidencia, quiero aclarar que no estoy hablando sobre “LCHF” y composición corporal o sensibilidad a la insulina, sino solo examinando si una dieta baja en carbohidratos y alta en grasa te hace un mejor corredor, ciclista o triatleta.

En este post voy a resumir un artículo de Louise Burke que se llama “Re-examining High-Fat Diets for Sports Performance: Did We Call the "Nail in the Coffin" Too Soon?". El artículo original es en inglés, te recomiendo que lo leas. Lo puedes encontrar aquí. Abajo he traducido los puntos claves.

Es globalmente aceptado que una dieta LCHF de corta duración (menos de 3 días) es perjudicial para el rendimiento debido al agotamiento de glucógeno de los músculos y del hígado, y que no se produce un aumento de oxidación de grasa. Sin embargo, existen resultados interesantes si se sigue una dieta LCHF durante mucho tiempo.

Después de un repaso extenso de los artículos existentes desde 1980 hasta 2006, los resultados claves del autor son:

  • Seguir una dieta LCHF sin cetosis puede causar adaptaciones claves en los músculos en tan solo 5 días. Esto incluye un aumento de triglicéridos intramusculares y de la actividad de la enzima lipasa hormono sensible (LHS) que moviliza los triglicéridos de los músculos y el tejido adiposo. Con estas adaptaciones el/la atleta puede aumentar su oxidación de grasa. 
  • Estas adaptaciones persistirían a pesar de realizar 1-3 días de carga de carbohidratos. Aunque la velocidad de utilización de grasa sería menor en comparación con una dieta LCHF, sería más alta que con una dieta alta en carbohidratos.
  • La exposición crónica a una dieta LCHF causa una regulación a la baja en la utilización de los carbohidratos, específicamente del glucógeno de los músculos, durante ejercicio. Esta regulación a la baja persiste durante el ejercicio de alta intensidad, incluso en estudios con una dieta LCHF seguido por una carga de carbohidratos.
  • A pesar del aumento en la capacidad de utilizar esta fuente de combustible, las estrategias de LCHF no han dado lugar a una mejora del rendimiento en deportes de resistencia. Las mejoras se han limitado a estudios con protocolos de ejercicio sub-máximo, que no son un fiel reflejo de los deporte de resistencia.
  • Es posible que las estrategias LCHF puedan perjudicar rendimiento, específicamente deportes que tienen intervalos cortos de esfuerzas de alta intensidad. Esto es probablemente debido a una disfunción en la utilización del glucógeno por parte del músculo.

La autora escribió que debido al reciente aumento de popularidad de las dietas LCHF, había vuelto a examinar la evidencia disponible. Sin embargo no pudo encontrar estudios recientes que justificaran la avalancha de popularidad. De hecho sólo encontró dos estudios con atletas, desde 2006, y ninguno mostró una mejora del rendimiento. Sin embargo lo que sí que mostraron fue un pequeño pero favorable cambio en la composición del cuerpo debido a una reducción de grasa corporal.

La autora afirma que la mayor parte del apoyo a las dietas LCHF se encuentra en los medios de comunicación social, como por ejemplo, Twitter. También que en general está relacionado con atletas que no son de elite y que son historias de tipo anecdótico.
La conclusión de la autora es que en lugar de un “pensamiento en blanco y negro”, los investigadores y profesionales deberían moverse hacia protocolos individualizados cuando trabajen con atletas.


Mis pensamientos


Creo que Louise Burke ha escrito un artículo muy interesante y lleno de sentido; estoy de acuerdo con que deberíamos mantener una actitud más flexible y que el dogma no ayuda a nadie.

En el pasado se pensaba que las dietas altas en carbohidratos eran la única dieta que se podía seguir si querías participar en los deportes de resistencia. Ahora, sin embargo, parece que algunos se han ido al extremo opuesto y defienden que sólo se debe seguir una dieta LCHF.
Personalmente veo los beneficios de limitar de vez en cuando la ingesta de carbohidratos, especialmente si quieres reducir la grasa corporal. Pero lo cierto es que la evidencia demuestra que si quieres rendir bien en un ejercicio de alta intensidad, seguir una dieta crónicamente baja en carbohidratos sería perjudicial.



Si quieres que te ayude a planificar tu entrenamiento deportivo, escríbeme a wayne@gabinetederueda.es

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